Capítulo IV: El pueblo lentamente se quedaba vacío
La tetera comenzó a silbar, avisándome de que el té estaba listo. Mi cabeza daba vueltas tras la pesarosa noche. La cual estuvo repleta de sueños que se intercalaban fugazmente entre enigmáticas sombras y susurros. No podría precisar con exactitud las imágenes que en mi mente recreé, aunque soy consciente de que me alertaban de […]
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