En base a los últimos resultados, de los pasados comicios legislativos estadounidenses, he recordado un artículo que publiqué a finales del 2008 y que después de dos años se ha tornado en rabiosa actualidad:
“Cada palabra de Obama, cada discurso, aparición pública,…se encamina a reforzar la imagen que sus consultores han creado para él. Hay un guión preestablecido y nada puede salirse de sus márgenes. Mediante la transfusión conecta directamente con la audiencia a través de los sentimientos: el sueño americano es posible y él, ejemplo claro, lo materializará. Inoculando un flujo de simpatía, Hollywood se ha rendido a sus pies y ha puesto la industria cinematográfica a su favor. Proliferan las películas que ensalzan el movimiento revolucionario nacido del pueblo para cambiar el poder imperante, como la estrenada dos meses antes de los comicios: “Che, el argentino”, incitando una corriente de opinión pública, el héroe posee siempre los mismos valores que él, hoy máximo dirigente del país. La unanimidad discursiva, los rostros conocidos cantaron su emblema: “nosotros podemos producir el cambio”.
Han ofertado un líder carismático, que puede acometer tareas excepcionales, con gran capacidad de trabajo, con voluntad de servicio hacia los demás. Perfil legitimado por los medios, con una aparición reiterada y planificada. Transmitido a través del dominio de la comunicación no verbal y alocuciones llenas de carga emotiva, incitando fe, ilusión, esperanza. Porque será el único capaz de mejorar la vida de los norteamericanos. Línea argumental que penetra sutilmente en la reciente situación carismática sujeta a una crisis sin precedentes.
Hay que tener en cuenta que ante la tesitura vigente de fractura entre los administradores y administrados, mayoritariamente desencantados y escépticos a cualquier intento de inducción de conducta, exige depurar al máximo los métodos de comunicación persuasiva. Componente que ha sabido manejar excelentemente el reciente Presidente electo. Conexionando con la vena sensible del receptor, donde las ideas son más fácilmente asimiladas.
Su alegato electoral ha movilizado a líderes de opinión, ciudadanos pasivos o abstencionistas, la juventud,…La recaudación económica en su campaña ha sido récord, montante alcanzado mayoritariamente con donaciones individuales de menos de 200 dólares. Y sólo un dato del fenómeno Obama, a su proclamación como candidato asistieron 84.000 personas, cantidad igualada únicamente por Kennedy en los Ángeles hace 48 años.
Tras las enormes expectativas creadas por la magnífica imagen diseñada por su equipo asesor, ahora sólo nos queda esperar que esté a la altura de las circunstancias.”
Más aquella imagen excelentemente trazada por sus asesores parece que a la postre se ha visto relativamente deteriorada. ¿Se recuperará de cara a las próximas elecciones presidenciales?