Otro liberal magistralmente retratado por Joaquín Sorolla (1863-1923) sería Salvador de Madariaga y Rojo, abanderado del movimiento pro europeo. Ilustre gallego que se definía así: “Por mis raíces soy celta, por mis orígenes español y por mi vocación europeo”.
Nació en 1886, en el seno de una familia acomodada. Estudiaría en España y París, donde obtendría el título de ingeniero. Aunque pronto se decantó por las letras. Cultivando a lo largo de su vida el ensayo, periodismo, poesía, novela, teatro e historia.
Se adhirió a la denominada “Generación del 14”, capitaneada por José Ortega y Gasset, junto a otros como Ramón Pérez de Ayala, de la que surgió la “Liga de Educación Política”. Persiguiendo con ello una función pedagógica. Ya que esgrimían que resultaba imposible construir una nación de hombres libres, cuando sus ciudadanos estaban llenos de prejuicios y supersticiones, males alimentados por el elevado analfabetismo existente. Por lo que para avanzar hacia la tolerancia y el imperio de la razón, era necesario comenzar por la formación básica.
En 1916 se marchará a Londres, contratado por el diario “The Times” para que informara de lo acontecido en la Primera Guerra Mundial. El prestigio alcanzado por su labor le valdrá su ingreso en la Secretaría de la Sociedad de las Naciones en 1921. Puesto que abandonará para incorporarse como profesor de literatura en la Universidad de Oxford.
Madariaga será del grupo de intelectuales llamados a participar en la Segunda República, desempeñando diversos cargos: diputado por la Coruña, Ministro de Instrucción Pública, embajador,…Tras el Alzamiento del 18 Julio de 1936 partirá de nuestro país con rumbo a Gran Bretaña. Constituyéndose en el azote mediático en el exterior del régimen franquista.
En 1947 será nombrado Presidente de la “Internacional Liberal”.
Su sueño era transformar el viejo continente en “Los Estados Unidos de Europa”. Plantando su semilla en 1949, al inaugurar el “Colegio de Europa”. Institución dedicada al estudio de temas europeos. Por sus aulas han pasado numerosos diplomáticos, políticos y funcionarios de la Unión.
Confiriéndosele múltiples galardones: el Pemio Ghoete en 1967; el Carlomagno en 1972 por su contribución europeísta; incluso fue nominado en 1951 y 1953 para los Premios Novel de la Paz y Literatura,…Sin embargo, el acto más emotivo se produjo en 1979, después de su muerte, cuando el Rey de España entregó al Presidente de la Asamblea Europea el busto de Don Salvador, para colocarlo en el organismo junto a los de Churchill, Adenauer, De Gasperi y Schuman.
A pesar de residir durante mucho tiempo alejado de su tierra natal. En cierta ocasión Madariaga le confesó a un reportero que le entrevistaba:
“Los primeros doce años de mi vida fueron definitivos, en cuanto estamparon Galicia en mi ser. No me di cuenta de ello hasta el año 1928, cumplidos los cuarenta y cuatro de edad. Visitaba yo el Museo de la Sociedad Hispánica de América en Nueva York e iba recorriendo los salones y contemplando los cuadros en que Sorolla pinta las regiones españolas. Al llegar al de Galicia sentí, de repente, un golpe en la boca del estómago.”
Amor hacia una comunidad, que le supo insuflar su padre mediante la fraternal lectura de los poemas de Rosalía de Castro. De ellos extraigo los siguientes versos, que evocan la pasión atribuida al pintor y al escritor al emprender cualquier faceta:
“En el alma llevaba un pensamiento, una duda, un pesar, tan grandes como el ancho firmamento, tan hondos como el mar.
De su alma, en lo más árido y profundo, fresca brotó de súbito una rosa, como brota una fuente en el desierto, o un lirio entre las grietas de una roca.”
IV. Galicia y España, vista por Sorolla y Madariaga –
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Ibiza Melián